martes, 10 de mayo de 2016

Volver a empezar

Llego casi un año tarde y odio la impuntualidad. He estado muy ocupada desmontando y montando vidas. Espero que lo entendáis. 
Os pido perdón, sobre todo a los que os habéis asomado por aquí por si había novedades y seguíais encontrando lo mismo. Prometo que cada vez que he comido jamón o cada vez que me he sentado en una terraza a tomar una caña con patatas fritas de las buenas, una parte de mi se acordaba de Curra. 

Vuelvo a escribir porque os lo prometí, pero sobre todo porque tengo ganas, lo echo de menos. No tengo ni idea de lo que os voy a hablar, esto empezó siendo un blog en el que os contaba mis batallas en Miami, y ya no vivo en Miami (a Dior gracias).


Mi mente lleva en stand by desde hace ya muchos meses. Se me ocurre algo, algo que generalmente me parece la idea del siglo, y poco a poco y sin saber por qué, va perdiendo interés y se va desvaneciendo como el humo de un cigarro. Una y otra vez. Así que estar aquí tiene más mérito del que imagináis.
Me han preguntado mucho por Curra, a veces personas que ni sabía que me leían, y reconozco que me ha hecho ilusión. Resulta que la echamos de menos, así que, aunque ya no vea delfines por la ventana, ni viva en una planta 24, ni tenga un tremendo médico por vecino, he decidido que seguiré apareciendo por aquí de vez en cuando. Veremos a ver que pasa. Tal vez ahora pueda hablarles de Madrid a los que viven en Miami, la Castellana también puede ser muy exótica. Además solo cambia el decorado: el Currante sigue viajando igual que el Sr. Fog, Currito ya tiene equipo de fútbol y mejores amigos, y Currita sigue con sus cosas de Currita. La novedad es Paquita, y aviso que puede dar mucho juego.

Parece que la vida pasa más despacio cuando la miras desde la ventana de un taxi. Tuve esa sensación al llegar a Madrid, tal vez solo quería saborear ese momento: por fin volvíamos a casa. Estaba feliz. Cogía aire y lo soltaba despacio cerrando los ojos... Por fin... Por fin Madrid... (Por fin jamón a dolor...)